¿Tú o alguien que conoces está luchando contra la escoliosis? Si es así, sigue leyendo. La escoliosis afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque no existe cura conocida para esta enfermedad, hay opciones de tratamiento eficaces, como la fisioterapia.
En este post, te contaré todo lo que necesitas saber sobre el tratamiento fisioterapéutico de la escoliosis. Lo trataremos todo, desde los signos y síntomas de la escoliosis hasta las distintas técnicas utilizadas en fisioterapia.
Así que, tanto si eres un paciente como un cuidador de esa persona que lo está sufriendo, sigue leyendo para saber más sobre cómo la fisioterapia puede ayudarte a controlar la escoliosis y mejorar tu calidad de vida.
¿Qué es la escoliosis?
La escoliosis es una anomalía de la columna vertebral, la cual consiste en una desviación de esta. Si esta desviación es muy acentuada puede llegar a provocar cambios en las estructuras adyacentes, incluso compensaciones en estructuras distales que pretenden restablecer la normalidad corporal.
Cuando alguien tiene escoliosis, su columna vertebral se dobla hacia los lados formando una C o una S. Esta aberración de la columna puede provocar problemas de postura, equilibrio y movilidad. En casos extremos, la escoliosis puede ser muy dolorosa y provocar dificultades respiratorias y de otro tipo. El nivel de gravedad del trastorno varía mucho, ya que en algunos casos es fácil de tratar y en otros requiere un tratamiento exhaustivo. Si no se trata, la afección puede empeorar y requerir una intervención quirúrgica.
Aunque no existe cura conocida para la escoliosis, el reconocimiento precoz y un tratamiento adecuado pueden ayudar a controlar la afección e impedir que progrese. Por tanto, es fundamental que los padres, educadores y profesionales sanitarios estén alerta ante los signos y síntomas, como hombros o caderas asimétricos, una curvatura visible de la columna vertebral o un omóplato que parece más prominente que el otro. Si tú o tu hijo mostráis alguno de estos indicadores, es esencial que busquéis atención médica inmediatamente para garantizar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Podremos encontrar diferentes tipos de clasificarlas, según su localización:
- Cervical
- Dorsal
- Lumbar
Según la edad del paciente:
- Infantil (0 – 3 años)
- Juvenil (4 – 10 años)
- Adolescente (11 – 18 años)
Según aparición:
- Congénita: el paciente la presente al nacer
- Neuromuscular: el paciente la desarrolla causada por patología relacionada con el sistema musculoesquelético
¿Cuáles son las causas que provocan la escoliosis?
Actualmente, la evidencia científica no tiene razonamientos concluyentes de cuáles son las causas exactas de la escoliosis. Lo más común sería factores genéticos, aunque también existen otros factores, tales como, problemas neuromusculares, defectos de nacimiento o lesiones de la columna vertebral, que pueden acentuar la aparición de esta.
Signos y síntomas de la escoliosis
- Anomalías estructurales del aparato locomotor (curvatura de la columna,
asimetría de hombros, asimetría de caderas, falsas piernas largas o cortas…)
- Dolores neuromusculares y de tejido pasivo asociados a esta postura.
En casos más avanzados, la escoliosis puede hacer que la caja torácica sobresalga, por un lado, y hacer más visible un omóplato.
El diagnóstico y la intervención precoces pueden ayudar a evitar un empeoramiento del trastorno y la posible necesidad de intervención quirúrgica.
¿Cuál es la eficacia de la fisioterapia para la escoliosis?
Podremos diferenciar tratamientos de más a menos conservadores para esta patología.
El tratamiento de primera elección y más conservador sería la rehabilitación, dónde se situaría la fisioterapia.
El tratamiento fisioterapéutico consistirá en la eliminación del dolor músculo-esquelético, mediante la terapia manual e invasiva, buscamos el objetivo de reequilibrar la normalidad tanto del tono como de la estructura.
Junto a este tratamiento más enfocado en el dolor, se realizará un plan de ejercicios terapéuticos que tendrán como objetivo la activación, fortalecimiento y movilidad de las estructuras afectadas para intentar prevenir y variar las posturas anómalas.
El siguiente paso, si el tratamiento conservador fracasa, se pueden adherir complementos externos como corsés o correctores.
Como último paso tendríamos la cirugía, recomendable también tanto una fase de preparación al quirófano mediante el ejercicio y la fisioterapia, como una fase posterior, dónde trataremos las consecuencias de la operación.
