Retomando el último post escrito en el blog sobre las lesiones más comunes en corredores, que si no lo has leído te recomiendo que lo hagas pinchando aquí, quería hablaros un poco más en detalle de la periostitis, empezando por el principio, en qué consiste esta lesión.
¿Cómo sé si tengo periostitis tibial?
¿Tienes la zona de la espinilla inflamada? Si realizas una actividad frecuente de alto impacto, seguramente tengas esa zona con sobrecarga.
Suele producirse en actividades en las que el cuerpo tenga que soportar todo el peso, como, por ejemplo: correr, jugar al baloncesto, bailar, jugar el fútbol…
Puedes empezar a notar unos leves pinchazos que no son continuos, pero según va pasando el tiempo se convierte en una sensación de ardor en la zona.
No puede considerarse lesión grave, pero si que es verdad que es bastante dolorosa.
Si eres corredor, acuérdate de revisar el calzado que estás usando, es muy recomendable ir a una tienda especializada para que te recomienden el tipo de zapatilla que tienes que usar o que te hagas un estudio de la pisada.
Cuando estás acostumbrado a correr en un mismo suelo puedes llegar a la periostitis, lo que puedes hacer es ir alternando el firme, por hierba, tierra y cemento, la amortiguación será distinto y cambiará la pisada, ya no será siempre la misma.
¿Cuándo aparece el dolor de la periostitis tibial?
Suele aparecer durante en entrenamiento y suele permanecer un tiempo después que hayas finalizado, luego ya no sientes nada.
El problema es cuando no sigues las recomendaciones para ayudar a que la lesión mejore, entonces ese dolor ya no solo aparece cuando estás haciendo el entrenamiento, sino cuando haces cualquier actividad cotidiana en tu rutina diaria, como es por ejemplo subir escaleras.
Periostitis tibial. Tratamiento, ¿qué tengo que hacer?
En primer lugar, pide cita con tu fisio, porque necesitas una valoración para saber en qué grado se encuentra.
A través de tratamiento manual hay bajar esa inflamación que tienes y sobre todo seguir los descansos para no dejar de sobrecargar la zona.
Si la periostitis tibial, está en un grado alto, una vez tratado en consulta deberíamos empezar a hablar de una readaptación deportiva, es una buena opción que un fisio te acompañe durante ese proceso para volver a una rutina de deporte normal y con recomendaciones para evitar recaídas, se le llama entrenamiento funcional terapéutico.
¿Puedo hacerme masajes de auto descarga?
Cuidado con esto, es mejor siempre ir a un profesional, porque si tienes la zona demasiado tensionada, te vas a provocar más dolor innecesariamente, al final, tienes una lesión y tiene que ser tratada, otra cosa es que en consulta nosotros te digamos recomendaciones para que hagas en casa.
¿Cómo puedo prevenir la periostitis tibial?
Ya hemos hablado del tema tan importante que es el calzado, si eres corredor, intenta evitar subidas y bajadas que sean demasiado largas, porque ahí está sufriendo más esa zona.
- Hacer estiramientos antes y después de la actividad que practiques para soltar la tensión acumulada en esa zona. Seguramente estás muchas horas sentado frente al ordenador, tienes que calentar y estirar bien la zona, pero no solo esa, sino también isquios, gemelos, cuádriceps, glúteos… Porque lo que consigues es que si sales a correr el impacto se reparta y no solo se quede en la zona de la tibia.
- Hacer las recuperaciones y descansos pertinentes, para ello recomendable siempre un plan de entrenos, para que haya una línea a seguir.
- Presta mucha atención a tu postura, si es inadecuada durante un largo periodo de tiempo, empieza a manifestarse en forma de dolor.
Más que aconsejable, hacer visita al fisio para que te vaya descargando y controlando esa parte para prevenir la lesión.
Fractura por estrés tibia causada por periostitis crónica
Si no sigues las recomendaciones y mantienes el ritmo alto de los entrenos, puedes llegar al extremo y ocasionar una fractura por estrés en la tibia.
Cuando esa zona sigue manteniendo la misma presión, se va a debilitar la zona del hueso hasta provocar la fractura.
No solo puede producirse por unos entrenamientos extremos, sino que también el origen puede proceder de una mala dieta, de problemas al realizar los movimientos, de no dejar descansar los músculos…
Si no cambias por un tiempo, el entrenamiento de alta intensidad que estás haciendo, esa fractura puede llegar a convertirse en rotura del hueso, así que las recomendaciones a seguir son las siguientes:
- Descansa por una temporada de la actividad de alto impacto.
- Puedes volver a hacer deporte, pero de una manera gradual, no volviendo a la alta intensidad, sino hacer natación, por ejemplo.