Seguro que has oído hablar de los famosos masajes perineales. En los últimos años, ha aumentado la evidencia sobre la eficacia de estas técnicas para evitar los traumatismos en el periné. Al final de este post te dejo un par de enlaces para que puedas consultar información más detallada sobre los estudios que lo confirman. Su objetivo es reducir el riesgo de desgarro o la necesidad de practicar una episiotomía durante la fase expulsiva del parto. Además, también han demostrado reducir el dolor en la región perineal en el postparto.
¿En qué consisten los masajes perineales?
Se trata de aplicar una pequeña presión y estiramiento sobre la musculatura superficial del suelo pélvico, que encontramos en la parte externa de la vagina. Se aplican con el objetivo de flexibilizar estos tejidos, ya que son los más susceptibles de lesionarse en el parto.
¿Cuándo y cuántas veces hay que realizar el masaje perineal?
Se recomienda empezar entre la semana 32 y 34 del embarazo. La frecuencia puede variar en función de las cualidades de cada suelo pélvico, pero oscila entre 4 y 7 veces por semana y duran aproximadamente 10-15 minutos por masaje. El mejor momento de tu rutina para aplicarlos es aquel en el que estés tranquila y relajada.
Cómo realizar el masaje perineal
Para aprender a realizarlos es recomendable pedir cita con un/a fisioterapeuta especializado en fisioterapia pelviperineal. En esa misma sesión puedes aprender a hacértelo o puedes acudir con tu pareja o acompañante para que este aprenda también, ya que a veces puede resultar un poco incómodo por la tripa. En las clases de preparación al parto a veces se explica la técnica o se proyecta un vídeo para que puedas aplicártelo. Es recomendable el uso de algún aceite o lubricante para no irritar los tejidos.
En cuanto a la posición, lo ideal es que estés tumbada o semiacostada para que tu suelo pélvico se encuentre lo más relajado posible. No obstante, lo importante es que estés cómoda. Suele aplicarse con dos dedos que pueden ser pulgar e índice, los dos índices o los dos pulgares.
Estas combinaciones son las más frecuentes, pero cada una acaba encontrando su forma de hacerlo. Lo importante es tener en todo momento una sensación de “estiramiento” en tu musculatura del suelo pélvico. Esta sensación no tiene que ser en ningún momento dolorosa.
Cuidar de tu periné durante el embarazo puede ser un poco intimidante, sobre todo si no estás familiarizada con la técnica. Sin embargo, con un poco de esfuerzo y determinación, este procedimiento puede convertirse en parte de tu régimen habitual de autocuidado.
Beneficios del masaje perineal durante el embarazo
Las investigaciones han demostrado que las mujeres que realizan con frecuencia este tipo de masaje tienen una recuperación más rápida y una disminución del dolor posparto.
Además, este masaje puede aumentar el flujo sanguíneo a la zona perineal para prevenir las hemorroides y reducir el malestar durante el embarazo. Al fomentar la relajación y aliviar la tensión en el perineo, este masaje también puede disminuir la ansiedad y mejorar el bienestar general. Tanto si lo realiza la madre como su pareja, este masaje tiene potencial para producir una experiencia de parto más cómoda y positiva.
Como te he comentado, mi recomendación es que te hagas una valoración de suelo pélvico para saber en qué estado se encuentra, te dejo por aquí la info de cómo la realizo yo en la clínica. Tanto si tu suelo pélvico está debilitado necesitas fortalecerlo, como si está con demasiado tono hay que relajarlo, el fin último es conseguir que tu periné está fortalecido para el momento del parto y evitar problemas en el postparto.