Para explicarte por qué se produce la tendinitis de Aquiles primero tendrás que saber cuál es
ese tendón.
Es el que une el hueso del talón con los músculos de la pantorrilla y lo utilizamos para correr, saltar, andar… Nos ayuda a impulsarnos.
Es el tendón más ancho del cuerpo, el que soporta más peso y uno de los más resistentes. Y la tendinitis de Aquiles es la inflamación de ese tendón, puede ser algo puntual o convertirse en algo crónico.
¿Qué causa la tendinitis de Aquiles?
Pueden influir varios factores:
- Mala pisada y el calzado que estés utilizando que no sea el adecuado.
- Sobrepeso
- Sobrecarga muscular
- Falta musculatura, lo que produce acortamiento de gemelos.
- Esfuerzo deportivo
- Puede venir provocado por un mal funcionamiento del riñón y de la vejiga influenciado por un factor emocional.
¿Se puede prevenir la tendinitis de Aquiles?
El tendón de Aquiles necesita estar hidratado por lo que es muy importante que bebas agua y
que tomes vitamina c que genera colágeno para actuar sobre la inflamación del tendón.
Como siempre te digo se puede trabajar en la prevención de este tipo de lesiones:
- Realizando estiramientos del tendón de Aquiles, tanto antes como después de la
práctica deportiva. - Si estás empezando a practicar deporte, no cometas excesos, lo mejor es ir poco a poco e ir incrementando la actividad y sobre todo si hay dolor, parar.
- Importantísimo el calzado que utilices, si está muy desgastado lo mejor es que las cambies por unas nuevas y adecuadas para que tengas una buena amortiguación y no penalizar al tendón de Aquiles.
¿A partir de qué edad puedes tener problemas en el tendón de Aquiles?
Normalmente, se estima que es a partir de los 30 años cuando eres más propenso a tener
problemas en el tendón de Aquiles, esa zona tiende a la rigidez, por lo que es más fácil que te
lesiones.
¿Cuáles son los síntomas del tendón de Aquiles?
El dolor varía en función de la zona del tendón de Aquiles que te está molestando, si el dolor está en la inserción del tendón en el calcáneo, tendrás inflamación y dolor cuando hagas cualquier actividad deportiva te molestará si te estás subiendo alguna cuesta o estás de puntillas y se agrava si usas zapato cerrado.
Lo habitual es que duela al comenzar la práctica deportiva y desaparezca el dolor. El dolor vuelve a aparecer nada más terminar el ejercicio o varias horas después de hacerlo.
Durante 48h el tendón está inflamado y después vuelve a quedarse latente el dolor hasta la próxima vez que vuelvas a hacer deporte.
Si te duele en la parte media del tendón, habrá inflamación y si no lo tratas puede afectar a los gemelos, soleo y tibial posterior. Empiezas a compensar con los músculos de alrededor y empieza a haber compresión nerviosa en el nervio peroneo, Baxter o tibial posterior.
Tratamiento Fisioterapia
Uno de los objetivos al tratar la tendinitis es bajar la inflamación a través de terapia manual, mejoraremos el riego de la zona y su elasticidad.
Con sesiones de osteopatía movilizaremos las articulaciones del tobillo, pie y rodilla para evitar disfunciones musculares y fasciales. Al liberar la movilidad de la articulación del tobillo, el tendón recibirá menos estrés.
La técnica más efectiva para el tratamiento de las tendinitis y tendinosis es la Electrolisis Percutanea (EPTE). Es una técnica invasiva ecoguiada en la que introducimos una aguja en la zona lesionada del tendón y aplicamos una corriente galvánica que va a reparar el tejido dañado.
Realizando esta técnica durante varias sesiones dependiendo de la evolución de la lesión notarás mejoría durante la práctica deportiva que será adaptada por nuestros fisioterapeutas.
Como siempre te recomendaré ejercicios que te ayudarán en tu mejoría, para evitar que ese
tendón no se acorte, trabajando para ello la flexibilidad y estiramientos. Los ejercicios excéntricos y la pliometría serán fundamentales en el proceso de recuperación.
También recurrimos a la punción seca, buscando los puntos gatillo para introducir la aguja, de esta manera llegamos a aquellas zonas que no localizamos en la terapia manual.
Tenemos que revisar también la zona lumbar y el sacro por si hay alguna disfunción que esté agravando la lesión del tendón de Aquiles.